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Todo sea por quedar bien
Políticamente correcto


Por Juan Remington
El papanatismo postmodernista, una corriente de pensamiento que me acabo de inventar en este preciso momento, propone que el hombre vaya incorporando al lenguaje nuevas formas de expresión que le permitan quedar bien con todo el mundo, sin importar si lo que se está diciendo no es lo que se está pensando; lo que lingüísticamente se define como "paraquedarbienismo" y se enmarca en la expresión de moda "políticamente correcto", un adjetivo con sidecar que justifica cuanto eufemismo e hipocresía se le quiera meter al discurso.

La internalización de ese concepto a la hora de hablar de cualquier tema, evita quedar mal, por ejemplo, con los colectivos feministas (siempre me pregunté por qué no hay colectivos machistas) o de LGTB, entre otros no menos quisquillosos, como el de los animalistas, con los que hay que tener mucho cuidado en la elección de las palabras para no lesionar ninguno de sus derechos o de los que reclaman para sus mascotas, a cuyas vidas les asignan el mismo valor que a la de los seres humanos y por lo que no es nada fácil acertarle a las frases paraquedarbienistas.

Si por desconocimiento del políticocorrectismo o por un simple descuido, el orador cometiera el imperdonable error de usar el machista "Buenas tardes a todos" en lugar del igualitario "todas y todos" (y guay con no decirlo en ese orden), es casi seguro que quedará muy mal ante cualquier público "progresista" que se precie. Hasta se arriesga en algunos casos a que lo denuncien ante los organismos de Derechos Humanos por vaya a saber qué cosa en contra de vaya a saber qué derechos. Todo por no echar mano de un simple y accesible recurso paraquedarbienista.

Hasta la RAE (que no es precisamente sospechosa de no aceptar cuanta palabreja pirincha ande dando vueltas por ahí) tuvo que salir a un quite para parar la embestida de los fanáticos papanatistas que quieren imponer sus propias ocurrencias idiomáticas a la lengua de Cervantes porque así como está no satisface sus caprichitos. Para la Academia, el "Todas y todos" es de una soberana inutilidad. Y no hace falta ser muy despierto para darse cuenta de que la insistencia en tratar de imponer esas inutilidades tiene un solo propósito: llevar agua cada uno para su lobbie.

Pero lo que diga la Real Academia de la Lengua Española al papanatismo postmodernista le importa poco. Lo importante para los paraquedarbienistas es ser políticamente correcto en todo momento y lugar y decir siempre lo que el otro quiere escuchar, aunque no sea verdad o haya que disfrazarla para quedar bien y para conseguirlo haya que convertir un verbo en adjetivo o un pronombre en gerundio. Siempre, según su retorcida doctrina, es preferible decir lo contrario de lo que se piensa, mentir a lo novio que llegó tarde o endulzar los oídos de quien escucha con eufemismos titulares y suplentes a llamar a las cosas por su nombre.

Para los paraquedarbienistas, los eufemismos son sagrados. El ciego no es ciego ni el negro africano es negro. El ciego es un "individuo con capacidades visuales diferentes" y el negro africano (perdón por la incorrección política y machista de dejar afuera a la negra) es un hombre "de color" (como si el japonés, el sueco o el mexicano fueran incoloros).

Y así podríamos seguir hasta el cansancio con la lista de paraquedarbienismos, pero no sería políticamente correcto. No vaya a ser cosa que a algún fanático del papanatismo postmodernista se le ocurra decir que esta nota es discriminatoria, fascista o vaya a saber qué otra barbaridad por el estilo.



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